Solemos inculcar a los peques una rutina para antes de irse a la cama. El objetivo es claro, que descansen mejor, sean felices y se levanten al día siguiente contentos y puedan ser productivos en el cole. ¿Por qué no hacemos nosotros lo mismos?
Las personas organizadas suelen marcarse también una rutina para realizar cada noche antes de acostarse. Esto les ayuda a irse a la cama más tranquilos y lo que es más importante, levantarse relajados y predispuestos a tener un buen día.
Y tu, ¿eres de esas personas?
Hoy quiero compartir contigo 10 hábitos para que tu rutina nocturna sea de 10. ¡Toma nota!
Baño con esencia de Lavanda
Este ritual es de lo más sencillo, eso sí, necesitarás un poco de tiempo. Así que yo es algo que reservo para el fin de semana.
Pon tu baño en modo spa: una vela, luz ténue y algo de música que te guste.
Llena la bañera de agua caliente (o templada, si lo prefieres) y échale unas gotitas de aceite esencial de lavanda. Esto es mano de santo!! La lavanda además de tener propiedades relajantes es también un efectivo antiinflamatorio.
Ponte cómoda
Sí, lo sé, es obvio pero es que no hay nada como llegar por la noche a casa y ponerse cómoda. No sé tu, pero yo soy incapaz de relajarme en casa si estoy con la ropa de la calle. Es lo que realmente hace cambiar el chip.
15 minutos para cuidarte
Enciérrate en el baño y dedícate unos cuidados, te aseguro que hará que te vayas a la cama mucho más relajada. Si te maquillas, desmaquillate a conciencia, y si no, lávate también la cara con un producto de aroma rico.
Coge las cremas que suelas utilizar y aplícatelas siendo consciente de lo que estás haciendo. Cierra los ojos y aprovecha para hacerte un suave masaje facial acompañado por unas respiraciones.
Planifica el día siguiente
Son muchos os beneficios que tiene el dedicar 10 minutos a planificar el día siguiente. Te puede parecer exagerado, pero te aseguro que no hay color en cómo se lleva el día si lo has planificado previamente. Y cuando me refiero a planificar es a agendarlo todo: la hora en la que te levantas, qué cosas vas a comprar en el super, cuándo vas a poner la lavadora, etc.
Aunque no lo creas preparar y dejar lista la ropa y el bolso para el día siguiente te ahorrará tiempo por la mañana y hará que vayas mucho más relajada. ¡Pruébalo!
Cena ligera
Intenta cenar pronto y algo ligero. Las cenas copiosas no ayudan a conciliar el sueño y a descansar. ¿Un ejemplo de cena? un plato de verduras al vapor aliñado con aceite de oliva virgen extra y unas pipas de girasol y un yogurt con salvado de avena.
Tómate una infusión relajante
Hay muchas infusiones en el mercado efectivas y, además, suelen estar ricas.
Realiza 5 respiraciones profundas
Ya sabes lo importante que es tener control sobre tu propia respiración. Incluir esta práctica en tu rutina te traerá múltiples beneficios porque será algo que lo podrás aplicar en cualquier momento de día y en cualquier lugar y situación.
- Cierra los ojos.
- Pon una mano sobre el vientre y la otra sobre el pecho.
- Relaja el cuerpo y realiza 5 respiraciones profundas.
Aparca el móvil y evita ver las noticia
Cuando digo móvil, en realidad me refiero a todos los inputs electrónicos. Ya estamos todo el día suficientemente conectados a las nuevas tecnologías, ¿no crees? Márcate una hora (por ejemplo las 20.30h) a partir de la cual se acabaron los móviles, ipads y ordenadores, y ¡cúmplelo! Recuerda que cuanto más específico y medible sea un objetivo más fácil será cumplirlo y lograrlo.
Tu mente descansará y te agradecerá infinitamente que no le des tantos impactos visuales y de información.
Lectura motivadora
Lee un par de páginas de algún libro con mensajes positivos o, simplemente, un libro con el que te apetezca viajar y desconectar.
Perfuma tus sábanas y relájate
Ya en la cama, cierra los ojos y relájate visualizando algo bonito y que te traiga buenas sensaciones y emociones. No te vayas a la cama sin revisar tu día y dar las gracias por aquellas cosas por las que te sientas agradecida. Esto te anclará y te hará recordar cosas alentadoras y bonitas.
